viernes, 10 de septiembre de 2010

Roca

La chispa la transformó en fuego
y mis ojos lo advirtieron sin querer llamar la atención.
Ella lo supo desde el primer instante
y quizás hasta lo estaba buscando.
Un complot como único protagonista
fue posible por haber cedido a la negación
y dar paso al cambio.
Dos pares de focos coinciden su dirección
y oponen su sentido en interminables ocasiones.
Gestos que salen de lo habitual, inseguridad.
De principio incandescente a un calor agradable
y con el tiempo a roca,
que resquebrajándose vuelve a su cauce
en espera de esa inevitable chispa que la transforme en fuego.

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